Las primeras lluvias ya han dado sus frutos en el jardines escolares de San Rafael del Norte, Jinotega, con la cosecha de diferentes hortalizas cultivadas por estudiantes, madres, padres y docentes; productos que complementan merienda escolar.
Carlos Herrera, asesor pedagógico municipal de la Programa Integral de Nutrición Escolar del Ministerio de Educación (PINO-MINED), explicó que en todos los centros educativos se adelanta la cosecha de brócoli, zanahoria, remolacha, rábano, lechuga, pepino, cebolla, chiltoma y ajo, para el consumo de los estudiantes en la merienda.
“En las 53 escuelas de la comuna hay huertas, donde la producción de alimentos consumido por los estudiantes en batidos y como complemento de merienda, lo que mejora la salud y nutrición de los estudiantes en las modalidades de preescolar, primaria y campo a distancia”, dijo Herrera.
Agregó que este componente de la estrategia de Seguridad alimentaria Tiene un valor agregado, porque además de ser una herramienta de aprendizaje para los estudiantes de cualquier materia, adquieren conocimientos para cultivar la Madre Tierra e involucrar a la familia apoyando la creación de huertas.
“Madres y padres de familia, así como sus hijos participan en la elaboración del Madre Tierrahacen abono orgánico y preparan las verduras que se producen como complemento a la merienda de los niños y niñas”, explica la asesora.
Para los protagonistas del Centro Escolar José Mamerto Martínez, los Huertos Escolares son un experiencia enriquecedora tanto para la escuela como para la familia.
“Los huertos escolares son una excelente práctica porque los niños descubren cómo se cultiva la tierra, la importancia de consumir alimentos saludables y nutritivos. Como padres y madres hemos aprendido el valor nutricional de lo que producimos en nuestro municipio para el consumo en el hogar”, dijo Scarleth Salinas Rodríguez, madre e integrante del Comité de Alimentación Escolar (CAE).
Este centro educativo cuenta con una plantilla de más de 500 estudiantes de educación inicial y primaria, quienes consumen alimentos producidos en la huerta, señaló la profesora Carmenza Escobar, directora del centro.
Por su parte, Klelia García Flores, alumna de sexto grado, destacó que la huerta fue muy importante en su aprendizaje: “Aprendí a sembrar varias plantas medicinales, comestibles y ornamentales; así como su consumo, porque le dan a nuestro cuerpo energía y mejor salud”.